El mercado de la vivienda en la Ciudad de México enfrenta una serie de desafíos y oportunidades que afectan tanto a los compradores potenciales como a los desarrolladores inmobiliarios. La brecha entre el precio promedio de la vivienda y la capacidad adquisitiva del consumidor promedio es significativa. Según la información, el precio promedio de una vivienda en la CDMX es de 4.7 millones de pesos, mientras que el consumidor promedio puede pagar solo 1.2 millones de pesos. Esta disparidad entre precios y capacidad adquisitiva plantea un problema para muchas personas que desean comprar una casa o departamento en la ciudad.
La oferta de vivienda nueva no satisface las necesidades de los capitalinos, ya que gran parte de la producción de viviendas proviene de la autoproducción en zonas de riesgo, mientras que solo una pequeña fracción de los desarrolladores inmobiliarios está creando viviendas asequibles para los consumidores de ingresos medios y bajos. La demanda de viviendas en el rango de 450,000 a 850,000 pesos es alta, pero solo se atiende al 30% de este mercado.
A pesar de estos desafíos, hay razones para considerar que este es un buen momento para comprar una casa o departamento en la Ciudad de México. Los precios se han mantenido relativamente estables y las tasas hipotecarias han aumentado solo ligeramente, de 9.5% a 10%, lo que sigue siendo razonable en comparación con años anteriores. Además, existe una gran oportunidad de mercado debido a la falta de sustitución en el inventario de viviendas disponibles, lo que sugiere que la oferta podría disminuir aún más en el futuro.
El especialista en el sector inmobiliario, Eugene Towle, señala que la portabilidad hipotecaria es otro factor a favor de los compradores, ya que permite a los acreditados renegociar su crédito a la baja en el futuro, lo que podría resultar en una reducción de sus pagos mensuales.
Como conclusión, aunque existen desafíos significativos en el mercado de la vivienda en la Ciudad de México, como la brecha entre precios y capacidad adquisitiva, este momento puede ser una oportunidad para los compradores potenciales. Los precios todavía son competitivos, y los compradores tienen ventajas en términos de tasas hipotecarias y portabilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada situación es única, y los compradores deben evaluar cuidadosamente su propia capacidad financiera antes de tomar decisiones de compra.
